Este estudio intenta bosquejar un peligro que ha penetrado en nosotros, desconocido en relación a los bordes donde situábamos los límites del mundo. Tal desfondamiento hace que se haya producido un repliegue extraño en el alma de Occidente. Intentaremos mostrar que, en conjunto, estamos lejos del sur de esa "zona ártica" que nos permitira reconstruirnos desde el dolor, hacernos fuertes en la fragilidad. Analizamos la patología media o tendencial del sujeto perteneciente al recinto consumista, una humanidad consumidora ante todo de información. Esta "psicopatología de la cotidianidad capitalista" tantea el estado de la subjetividad en un orden social caracterizado por su minucioso alejamiento del sentido de la finitud, de la cura que ejerce por sí mismo "el mal" de la condición mortal. En otras palabras, de aquello que constituye el primer patrimonio del ser humano en los pueblos llamados "atrasados". En esta región de la tierra llamada Occidente, la pérdida de tal certeza constituye un cambio antropológico con pocos precedentes cercanos.