Hace aproximadamente sesenta mil años apareció sobre la tierra una especie animal que vendría a darle un vuelco completo al planeta. No eran animales monstruosamente grandes como lo fueron los dinosaurios que muchos millones de años atrás habían habitado como reyes de la creación; tampoco eran de apariencia física fuerte, ya que no tenían garras ni colmillos que asustaran a nadie; cualquier carnívoro daría cuenta fácil de ellos; su agilidad y su habilidad para huir tampoco eran las mejores; no trepaba grácilmente, ni corría rápido y tampoco volaba; no respiraba en el agua luego de sus desempeño en ella era muy limitado. Sin embargo, estos animales descritos tan inocuos, fueron los que transformaron y cambiaron el mundo poniendo a su absoluto servicio; dominaron las fieras mas peligrosas, domesticaron a otros animales para valerse de sus servicios, cruzaron los mares, surcaron los cielos y prácticamente se hicieron resistentes a cualquier condición climatológica; Levantaron construcciones enormes, le robaron grandes extensiones al mar, a los bosques y a la selva, tumbaron montañas, secaron lagos, ríos, exprimieron las entrañas de la tierra para hacerse a sus secretos y riquezas; llegaron incluso a salir del planeta y poner el pie en la luna. Todo esto en muchísimo menos tiempo que lo que tardo la evolución en parir el primer mamífero; hablamos por supuesto de la especie humana